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[ 26/Noviembre/2018 ]

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La política exterior de Trump ha sido tan retrógrada y abusiva como nunca se había visto en el mundo moderno. Construye muros y crea nuevos y altísimos aranceles a productos extranjeros importados, además de extorsionar empresas para que abandonen otros países y regresen a invertir a su país.

 

El resultado que vislumbro es claro, Estados Unidos terminará siendo aislado por el mundo como un país leproso enfermo de poder. La cabeza de Trump está podrida, pero también sus ciudadanos que lo han permitido y apoyado, ellos siguen en una zona de confort económica a expensas de otros países.

 

Recientemente, ha creado impuestos excesivos principalmente para los productos chinos, pero también lo ha hecho con la Eurozona, y fue sumamente abusivo e impositivo en el Tratado de Libre Comercio con Canadá y México; del gobierno mexicano no se puede esperar algún reproche real a menos que pase algún milagro, pero de Canadá sí es muy posible.

 

¿Pero cómo terminar con un liderazgo que va en contra del mundo moderno que demanda una apropiada y justa globalización y aperturas similares a las de la Eurozona? El cómo es muy fácil, la verdadera pregunta sería quiénes empiezan.

 

La solución es romper cualquier tratado comercial o de cualquier otro tipo que se tenga con los Estados Unidos y firmar tratados de apertura comercial y de migración entre todos los países que hagan lo mismo contra Estados Unidos. Otra acción sería unificar monedas, pero para eso se requeriría más tiempo.

 

Como siempre lo he dicho, la Eurozona debería ser nuestro modelo para seguir y responder a las necesidades de nuestro mundo globalizado, así que ellos y China podrían ser los firestarters de todo esto. Debido a las tensiones globales que percibo, pienso que una eventual zona Euroasiática podría cambiar radicalmente el panorama internacional y la historia del mundo. China pudiera estar todavía indeciso sobre con qué acciones responder a Estados Unidos, debe empezar por convencerse que el revelarse totalmente contra Estados Unidos la convertirá, definitivamente y sin cuestionamientos, en la nueva primera potencia mundial. Sería un paso que muchos países aplaudirían y se unirían.

 

Mientras más rápido se dé el primer paso de valor contra Trump, más rápido se acabará con sus intenciones. Lo he repetido en distintas ocasiones, la reelección de Trump en Estados Unidos sería la confirmación del final del mundo libre, ya que está utilizando el espionaje de la Agencia de Seguridad Nacional (N.S.A.), el Fisco y sus Cortes Legales para obligar a que muchos empresarios, personalidades y presidentes sean sumisos a sus órdenes; es un inmenso poder que ha caído en malas manos.

 

De esa manera, viendo cierto distanciamiento de China para con Estados Unidos y Rusia, tengo cierta esperanza en que un nuevo orden mundial podría estar en manos de Europa y China, aunque no descarto a algún otro país que empiece a la par con esta necesaria rebelión contra la tiranía del Imperio Yanqui.

 

Descifrando el escenario político y económico mundial, todo parece indicar que estamos llegando a un punto de no retorno. El mundo pide a gritos acabar con el liderazgo invasivo de Trump.

 

«… el que a hierro mata, a hierro muere.»

(LA BIBLIA, San Mateo 26:52)

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