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[ 27/Marzo/2017 ]

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El entorno en México sigue siendo manipulado por actores políticos del Sistema que se hacen pasar por ciudadanos libres. Ese oficio representa la traición más vil a nuestro México (que por cierto me imagino debe ser muy bien pagado).

Empezamos el 2017 con manifestaciones en contra del gasolinazo y toda clase de acciones antipopulares que realizan los políticos locales. Presidencia siempre tiene mañas, y aparte de manipular la protesta también divide su fuerza; la manera más fácil, creando problemas locales acompañados de polémica (aquí en Hermosillo, la privatización del alumbrado público).

La protesta se ha acallado en la mayor parte del país, curiosamente “esperando” que haya otro gasolinazo, cuando paradójicamente llevamos 50 o 100 gasolinazos (ya ni investigué porque me iba a enfurecer más). También suelen desviar la atención a ciertos logros que concede el Sistema para “mostrar” el camino que quiere que tome la protesta, engrandeciendo, claro está, a sus actores políticos, y robando la atención a las acciones de los ciudadanos realmente libres.

Hay tres actores políticos de peso en México que considero ciudadanos libres: Gilberto Lozano, Padre Solalinde y Javier Sicilia. Ya conozco personalmente a los dos primeros, me falta el Poeta Javier Sicilia. Si ven que alguien les echa tierra, fíjense primero quién se las está echando.

Retomando, sólo hay una manera de parar el saqueo, manipulación, violencia, impunidad y corrupción que genera el Gobierno: controlar al Sistema, y para eso hay que ganarle y cambiar todo en su cancha, sabiendo que ninguna Revolución es legal. La clave: la renuncia de Peña Nieto.

Enrique Peña Nieto, a pesar de todo, representa en estos momentos al Sistema. Es el Presidente más débil, manipulable y primitivo que hemos tenido; pero por lo mismo el más violento. No es fácil, pero si se logra la Unión del Pueblo como nunca antes (el gasolinazo fue una muestra), incluso los perros del Gobierno y Partidos que manipulan y en ocasiones simulan los movimientos ciudadanos, abrirán sus ojos ante la verdad y verán la luz de la Revolución.

No existe otra manera, tenemos un Gobierno que es servidumbre de intereses extranjeros, que les gusta fabricar pobres para su beneficio.

Hay que entender que han estado matando a los líderes del Pueblo durante décadas, y luego nos preguntamos por qué parecemos un país tan apático; unos años más y ya no habrá quién busque el cambio.

Analizando la solución, hay un solo problema: estoy entendiendo en el entorno de México la preparación de un Golpe de Estado Militar orquestado desde fuera; los intereses han cambiado, la nueva Ley de Seguridad Interior, próxima a votarse en el Congreso de la Unión, otorgaría carta libre al ejército en las calles, significaría una militarización del país y, después, sólo tener el pretexto de una manifestación generalizada para “ceder” el control.

Es bien sabido por todo el mundo el odio con bases racistas que Donald Trump tiene a ciertas nacionalidades, entre ellas la Mexicana, inclusive ha declarado públicamente su intención de enviar tropas a México para “combatir” al Narcotráfico, ahora imagínense con el pretexto perfecto de un “Golpe de Estado”, que históricamente ha sido el principal motivo de E.U.A. para una intervención militar en un país, buscando “establecer” una Democracia.

Trump podría hacer lo que quisiera en México; también podría ser el Final anticipado de la Era Trump.

¿Será que estaremos condenados a los asesinatos, desapariciones forzadas, fosas clandestinas, pobreza extrema, y cosas peores?

México no puede esperar; es el momento de México.